

Recién estábamos en marzo, comenzaba el año escolar; Me encontraba en casa ésa noche, después de un día normal en el colegio cuando escuche a mi madre:
-¡Reinaldo teléfono!-
En el fono una voz femenina, de hecho me sorprendía oír ésa voz, en el colegio no éramos amigos, pero ahora, ella estaba allí.
-Buenas noches Reinaldo-
-Gina. No esperaba escucharte-
-¿A quien esperabas, a Rebequita?-
-Probablemente-
-Es que a mí me encanta sorprender. Oye Reinaldo, el motivo de mi llamada es para invitarte éste viernes a mi casa para la fiesta de bienvenida de año-
-¿Bienvenida de año?
-Te explico: en el colegio en el que estaba antes de llegar al nuestro, yo solía hacer éste tipo de fiestas, y como hace poco me acabo de mudar a ésta ciudad; dije ¿porqué no hacer la fiesta aquí?-
-Interesante Gina, te agradezco la invitación; pero no creo que a Rebeca le guste la idea-
-Jajaja. ¿O sea que eres un pisado? No te preocupes, Rebequita ya sabe de la fiesta, ella también va ir, de hecho toda la clase va ir ¡vamos a divertirnos!-
-Bueno, si es así, cuenta conmigo; quiero decir, con nosotros-
-Vale. Los veo el viernes; saludos a Rebequita-
Al día siguiente en el colegio, me encontré con Rebeca; quien todos los días me saludaba con un calido hola mi amor; pero en ésa ocasión el saludo fue por demás diferente:
-¿Te llamó la calabaza?-
-¿Así, sin siquiera un saludo?-
-Limítate a responder: ¿te llamó la calabaza?-
-Si te refieres a Gina, si .Me llamó anoche a eso de las 9-
-Entonces es cierto lo de la fiestecita. Bienvenida de año, ja; yo sé lo que te digo: algo está tramando ésa tipa, algo quiere, ésa no es una fiesta común. Por mi parte no voy a ir y como tu enamorada, creo sentirme en todo el derecho de prohibirte que vayas-
-Oye ¿qué te pasa, de cuándo acá me prohíbes cosas? Aparte, déjame recordarte que es una fiesta a la que estamos invitados tú y yo. Hace mucho que no salimos, ya estamos medio oxidados por estar metidos en nuestras casas -
-Mira mi amor: a mí la tal Gina desde que llegó acá me ha causado una muy mala espina y simplemente no quiero ir a su fiestita; y si tú vas, atente a las consecuencias-
Las amenazas de Rebeca no eran en vano; ella no era alguien que solía amenazarme con frecuencia, pero cuando lo hacía; yo debía tomar sus advertencias en serio; con todo y sus 17 años era de armas tomar, capaz de enredarse con cualquiera solo por darme celos; pero yo ya conocía su estrategia y no pensaba dejarme ganar.
-Te entiendo Rebeca, ya conozco ésos retos; y no has podido conmigo; si algún defecto tienes es el ser posesiva. Mira: dentro de poco arrancan los primeros exámenes bimestrales; y antes de empezar ése trance, seria bueno ir a la fiesta de Gina, ¡vamos amor!-
-Yo ya hice planes para el viernes, si tú quieres, haz los tuyos, eso sí, ten presente esta conversación-
No volví a hablar con Rebeca durante el resto del tiempo; solo nos mandábamos miradas en clase; ésa también era una costumbre nuestra, pero ahora los ojos de mi enamorada que antes eran dulces y bellos, ahora eran secos y desabridos.
Ya era viernes por la noche; aún era temprano, yo me encontraba leyendo un tratado de derecho tributario y barajando la posibilidad si asistir o no a casa de Gina, el invierno que vivíamos era por demás frío y la lectura se tornaba cada vez más interesante. En ése instante lo decidí: no asistiría a la fiesta. Iba a beber una taza de chocolate caliente, me acostaría y continuaría leyendo en la cama, iba a ser un viernes bastante diferente a los demás. En ése momento oí la voz de mi madre.
-Reinaldo teléfono-
-¿Alo?-
-Buenas noches Reinaldo-
-Gina…que tal-
-¿Qué tal tú, qué haces en tu casa a ésta hora? Te estamos esperando-
-Mira Gina: ocurre que está haciendo mucho frío y la verdad es que no tengo ganas de salir, aparte; desde la otra vez que hablamos he tenido problemas con Rebeca-
-¿frío, qué te pasa? Si el ambiente acá, está recontra caliente. Jajaja. O sea que has tenido problemas con Rebequita…yaya. Pero ven nomás; yo he hablado con ella hace no mucho y me dijo que iba a venir-
-¿En serio? Entonces nos vemos en un rato.
Con la certeza de que Rebeca iba a estar en la fiesta, cambie de planes. Me abrigué lo mejor que pude y salí a la fiesta, una vez allí, fue la propia Gina quien me recibió:
-¿Cómo está el hombre más esperado de la noche?-
-Bien, bien, gracias ¿qué es de Rebeca?
-No sé. Yo encargué que la llamen para que viniera, no debe tardar; pero pasa-
Una vez dentro de la casa; es cierto que el ambiente estaba muy caliente; todo el quinto “a” estaba ahí. Había pasado una hora y Rebeca no llegaba; pero yo no me daba cuenta de esto. Desde que llegué a la fiesta, me la pasé bailando con Gina, ésa fue la primera convergencia que encontré con ella. Al igual que yo le encantaba la salsa, -la misma que Rebeca aborrecía, ella mas bien era conversadora, analítica, observadora.- y qué mejor que darle la bienvenida al año escolar bailando La Charanga, Oscar D` León, Joe Arroyo, etc.
Pasaba la media noche, Rebeca no había llegado; y luego de mover un buen rato el esqueleto: Gina me propuso salir al patio trasero de su casa, ahí sostuvimos una irreverente conversación. Ella se burlaba de todo, del clima, de los amigos, de los profesores del colegio; no lo hacía con mala intención, simplemente quería hacerme reír ella decía que yo me reía poco. En ése momento sonó una balada, hubo un silencio en el patio donde nos encontrábamos; lentamente nuestros ojos se encontraron, después nos besábamos teniendo a la luna llena cono testigo.
El lunes en el colegio me encontré con Rebeca:
-¿saben bien los labios de la calabaza?-
-¿Qué dices?-
-No te hagas; si clarito vi que la estabas besando en su patio-
-Mira, no voy a negar que estuve bailando buen rato ya que tú nunca apareciste pero no la besé-
-Reinaldo, no seas conchudo, al llegar a la fiesta, los vi besandose en su patio trasero, ¿querías que continuara en la fiesta? Si estabas muy entretenido con tu amiguita-
-Rebeca escúchame-
-No quiero escuchar nada; no Quero saber nada; no me busques más-
A la salida del colegio, Gina; apareció en mi casa, me encontraba dolido pues en realidad quería a Rebeca pero como dicen que un clavo saca otro clavo, acudí a su consuelo, así ella volvió a atacar:
-¿peleaste con Rebequita?-
-Si, desde que hablé contigo, estamos en la cuerda floja; como que ya no es lo mismo-
-¿A qué te refieres con lo mismo?-
-Mira: con Rebeca tengo ya tres años: es seria, centrada, sabe lo que quiere
En ése momento, ella de un empujón me tumbó en el sofá de la sala donde nos encontrábamos y me empezó a besar; no de manera romántica como ocurrió en su casa, ahora mas bien era apasionante, salvaje.
-deja a Rebeca -seguía besándome-¿ésa mosquita muerta te puede dar lo que yo te estoy dando ahora?
Sentimos un fuerte ruido en ése momento, es mi madre, le dije. Ella se zafò rápidamente del sofá pero era el perro quien nos perturbó; Gina se fue de mi casa con una sola frase. -Piensa en mi propuesta-.
Los siguientes días son fáciles de resumir, Rebeca me hacia la ley del hielo, y Gina me decía Mi rey. No perdíamos oportunidad para besarnos ni divertirnos.
Tres meces después, Rebeca tenia un nuevo enamorado. Percy era un chiquito de cuarto de media que yo no conocía, pero siempre estuvo tras Rebeca, desde la época en que yo era su enamorado, había esperado la oportunidad para atacar, y ahora le había llegado.
Una noche, sonó el teléfono de mi casa:
-¿Alo?-
-¡Gina! ¿Cómo estás? Gracias por llamar estoy un poco triste; necesitaba escucharte y ademàs…-
-Reinaldo hasta aquí llegamos, la relación ha llegado a su fin-
-¿Me estás terminando?-
-Si quieres llamarlo así. Ya conozco el sabor de tus labios, ahora quiero probar los de súper Percy-
-¿El enamorado de Rebeca?-
-No. El ex enamorado de Rebequita; bueno mi rey discúlpame pero tengo una cita con Súper Percy. No me llames, yo te llamaré-
Al colgar el teléfono, tenía miles de sensaciones encontradas; detestaba a Gina y me daba cuenta de lo mucho que Rebeca valía para mí; tendría que bregar mucho para re conquistarla.
Esa noche, me senté a ver televisión para intentar relajarme, entre las opciones estaba el programa de un hipnotista en el que me quedé más por curiosidad que por interés. La primera elegida para contar su verdad –según el hipnotista- fue Gina que se encontraba entre el público, ahora si veía la tv por interés.
El hombre durmió a Gina muy despacio, por pedido expreso de ella
-¿Cómo te llanas?- le preguntó
-Gina-
-¿Qué edad tienes?
-17-
-¿Estás enamorada?
-Re…Rebequita-
-¿Quién es Rebequita?
-La quiero mucho…la…la amo mucho, Desde que la conocí, le he bajado ya a dos de sus enamorados; solo para que se de cuenta que existo-
-Espera, espera. ¿Estás diciendo que eres lesbiana?-
-Sí-.
-Despierta- chasqueó el hipnotista. – ¿Cómo estás?- le preguntó.
-Bien, tranquila- contestó Gina ya en sus cabales.
-¿Quieres saber lo que nos has contado mientras dormías?
-¿Qué te conté?- Preguntó Gina mientras su rostro se veía cada vez más preocupado y el mío frente a la tele cada vez más desconcertado
-En pocas palabras, que eres lesbiana-
Gina entró en crisis nerviosa -No, no es cierto, eres un farsante, eres un maldito, nada de esto es cierto, voy a denunciarte por difamación –gritó- que todo el país se entere que éste tipo nos miente, -finalmente rompió a llorar y abandono el estudio.
-Vamos a unos comerciales- dijo el Hipnotista-
Gina nunca más volvió a aparecer en el colegio.
5 comentarios:
Gina.... mmmmm
alguna vez una gina fue un perdón convertido en pretexto.
abrazo.
Deben haber muchísimas Ginas caminando por ahí. Mejor quedarse con su Rebequita nomás y tomarse su hierba 7 contras para evitar la tentación.
Saludos.
...qué celos eh!
Por ahora prefiero a Gina, mañana quién sabe...
Pd.- querido e.h.d. : lamento decirte que no soy trovadora. Ni siquiera entiendo bien la palabreja. Pero bienvenidas tantas similitudes!
Muchas gracias por las visitas.
Tus posts dan que pensar. Chévere.
Saludos
El Gonzi
Publicar un comentario